viernes, 9 de mayo de 2008

Sin Conexión

En fin, que llevaba tiempo sin escribir. Suelo hacerlo cuando algo especialmente me toca los tegumentos, y ultimamente nada lo ha hecho. Nada en concreto, porque solo hay que encender la televisión a cualquier hora del día para que eso suceda. Pero no voy a hablar de la televisión hoy. Voy a hablar de como una misma frase va acogiendo diferentes significados a medida que el tiempo pasa. Hace 5 años mas o menos, en selectividad, nos caía un texto de lengua sobre la tolerancia. Nada amigo de lo mediocre, imaginé lo que el 90% de los que alli estaban iban a responder: hay que ser tolerante, soy tolerante, todos somos iguales, todos tenemos los mismos derechos, etc. Así que decidi darle la vuelta a la tortilla al asunto: me declare el intolerante número uno contra los intolerantes. Es decir, que la tolerancia católica subnormálica romana de poner la otra mejilla se la dejo a quienes creen en otras vidas y otras pamplinas. Quien demuestra intolerancia con los tolerantes -vease una paliza a un mendigo- no merece nuestra tolerancia. Al final la tiene, por supuesto, porque esa es la base de la democracia, eso es lo que nos diferencia de los totalitarismos - de izquierda o derecha, me da igual Hitler que Stalin, eso se lo dejo a los tontos-. Al final la tiene, tiene un juicio justo, tiene quizás una multa o un par de años de cárcel.
Como yo no creo para nada en la democracia, resulta que estoy a favor de la censura. Ahora llega la baba para quienes estén locos por clavármela y llamarme fascista, pero lamento decepcionarles porque ahora llega mi guantazo: habría censurado todas las apariciones públicas del PP, por ejemplo. Habría censurado el NODO. Habría censurado la mediocre y analfabeta clase política española... Lo de no creer en la democracia tiene sentido, aunque aquel que no haya leido entre lineas en su vida -si es licenciado o doctor me da igual, porque para conseguir eso no hay que leer entre lineas, sino memorizar- me llamará directamente fascista. ¿No es demócrata? Ya está, fascista. Es lo que tiene la generalización: con tres o cuatro esquemas en la cabeza, algunos se creen que lo saben todo. Lamento decepcionar de nuevo. Me explico: el fascismo, el abuso del poder para con quien no lo detenta es, lamentablemente, una característica innata y cosustancial del ser humano: en tiempos préteritos se hacía con el beneplácito de todos: esclavismo, feudalismo, absolutismo, etc. Que hayamos llegado a la democracia casi por unanimidad no significa que el fascismo haya desaparecido. Simplemente, antes se practicaba abiertamente y ahora, encima de oculto, es apoyado por aquellos que sufren el abuso. Porque, amigos mios, sí. Bajo el nombre de la democracia sigue existiendo el mismo fascismo de antaño, o peor, ya que se produce bajo un sutil subterfugio cotidiano:para mantener como esclavos a casi toda nuestra poblacion no hacen falta látigos, eso pasó a la historia. Ahora solo hace falta una programación de televisión adecuada, que aliena a casi todas las amas de casa de este pais, que saben más de la vida de cualquiera que de la suya -porque, de hecho, no tienen-. Una programación rosa y unos informativos donde abre portada Ronaldo en lugar de un exterminio -para los pepes de este pais, los rascahuevos de turno, que son bastantes-, la publicidad, hacerte creer que tu voto vale, etc. Pero la base, sin duda, es un sistema educativo que crea piezas en serie en lugar de seres humanos. En fin, no me extiendo mas, simplemente señalar eso, que han cambiado los métodos, no el fondo. La desidia, la indolencia, el pasotismo. Esa es la enfermedad que nos corroe. La prueba mas fehaciente: toda España contra una guerra, se entra en la guerra, y nos la suda. Lo unico que nos importa es conseguir un gramo para este viernes. O que no cierren las tiendas que venden alcohol. O si ha ganado el Cádiz. Y luego nos quejamos...

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